27 mayo 2015

HA LLEGADO EL DÍA (Sin supersticiones)

¿Habéis dormido bien, guardianes de Nervión? Si la respuesta es que sí, ya lo habéis hecho mejor que yo, por cuestiones de salud de mi familia, y mejor que muchos otros guardianes que han viajado de madrugada hacia Varsovia. Ha llegado el día. Yo creía en supersticiones pero esta noche he meditado. Las supersticiones están para cuando una bufanda bajo un cristal de una mesita de camilla tiene que sacarse fuera para una tanda de penaltis.

Estos días muchos amigos me han convencido para que deje de creer en supersticiones y crea en el fútbol, crea en unos jugadores que han demostrado estar más que capacitados para dejarse las vísceras por vivir otra noche de gloria. Yo he visto todas las finales en casa, y ahí las he ganado, con mi familia, con algunos amigos la primera de ellas, o abrazándome a mi bufanda en otras. Pero hoy no la veré en casa. Estaré con miles de almas que gritarán lo mismo que yo, sufrirán lo mismo que yo, cantarán lo mismo que yo, saltarán lo mismo que yo, y llorarán (espero que de alegría) lo mismo que yo. 

Para acabar con las supersticiones no hay medicina mejor que la voluntad de los que quieren estar contigo. Yo no quería ir, pero un grupo de locos a los que les guardo la obediencia y el fervor del cariño ha acabado por convencerme. Hoy no voy a creer en las supersticiones. Hoy voy a creer en el fútbol.  Porque tanto me lo han pedido que sería un ingrato si no atiendo a las peticiones de quien me ama y quien me aprecia. Porque otros amigos que tengo mucho más expertos y conocedores del fútbol me han dicho que no tema, que vamos a ganar la cuarta. Ojalá sea así. Por ellos dejo de creer en supersticiones.

Porque me han dado muchas razones, razones terrenales, mundanas, paganas. Nada de creencias. Porque me han dicho que hombre por hombre, el Sevilla es mucho mejor sobre el terreno, por calidad, por entrega, y por experiencia. Porque el devenir ganador de la temporada hace que un equipo cualquiera con la racha de los guerreros de Nervión se sienta invencible. Porque un entrenador que a veces ha hecho locuras, ha confiado en sí mismo y en esos guerreros y ha demostrado que las locuras dan la vida. 

Porque el año pasado ganamos ante un equipo mejor y con media legión tocada. Porque tenemos un duodécimo jugador infiltrado que desde el cielo nos empuja balones con el número dieciséis a la espalda, y nos ha abierto de nuevo la "Puerta" de la gloria. Porque no podemos permitir darle una alegría a los que sienten la verdadera alegría con nuestra tristeza y no con sus propias -pocas e insignificantes- alegrías. Porque sí, porque esa copa se siente a gusto en el rincón que Dios creó para su propio disfrute y que se llama Sevilla.

Por todo eso me alejaré de mi televisión, de mis nervios en soledad, de mis lágrimas en mi bufanda, y me iré darle mi aliento sumado con el de esos amigos y con el de unos cuantos miles de sevillistas más al auditorio al que pusieron el nombre de una mujer con una garganta que apodaron "La más grande". Pues si hay que tener una superstición, que "La más grande" nos prestará su garganta desde el cielo, la "Puerta" 16 se abrirá para que Antonio empuje desde allí los balones que salgan de botas sevillistas, y un entrenador loco y un equipo con sed de plata harán el resto.

Hasta mi padre, ayer con el virus maldito que deambula por mi Carmona, se ha puesto mejor hoy, porque quiere que me sume a la fiesta. Hoy tiene que ganar el fútbol. Que sí, que una final es una lotería, que cualquiera puede ganarle a cualquiera a un solo partido, que todo eso son leyes no escritas. Pero en el fútbol, casi siempre se ha impuesto la lógica, y no las supersticiones. Hoy después de muchos años, el modesto no será el Sevilla, y lo lógico es que el poderoso aplaste al modesto. Un amigo me hizo hace unos días una premonición. Si se cumple, os la contaré en el siguiente post. Yo de momento lo único que le pido al cielo es que el fútbol no me haga arrepentirme de que mis amigos me hayan convencido para que hoy deje a un lado las supersticiones.

Vamos a por nuestra copa. Vamos a por la cuarta, y recordad lo que escribí ayer... ¿Y qué pasa si no...? NADA. TE QUERREMOS IGUAL, SEVILLA F.C. Demasiado nos has dado estos años, para que si tienes un mal día, reneguemos de ti. Ya te debemos tres copas (y alguna más en otros bares), pero si tienes que apuntar otra más en la cuenta, bienvenida sea... nos quedan muchos años de amor para pagartelas.

A POR LA CUARTA!!!

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