15 febrero 2016

FIN A MI CARNAVAL (I): "Los chicos del tren"

Fueron mi sorpresa del Carnaval 2016. Algunos de ellos han sido "mis niños". Los vi crecer y entrar en este maldito y bendito mundo del Carnaval, de mi mano, de la mano de la peña madre, de mis "Pitos de Caña" y así se siguen sintiendo. Ahora no es momento de contar que yo pude ser el autor de ese grupo en verano. Ahora es momento quizá ya que lo he dicho, de admitir que si yo hubiera sido su autor, en detrimento de mis "Concursantes" veteranos, igual no hubiera hecho una comparsa tan bonita y tan imaginativa como la que ha salido de la mente liberada de Francis y Raúl Fernández Garrido. 

Porque ellos también se liberaron en cierta manera y han hecho lo que les ha dado la gana, sin trabas, sin terceros intereses cortándoles alas. Con la ilusión de un grupo de chavales (algunos no tan chavales y otros debutantes), han hecho una comparsa de las que a mí, particularmente me encandilan. Con un buen repertorio. Con el mensaje de que la vida es un tren al que a veces hay que subirse y del que  a veces hay que saber bajarse. Con vagones en los que es mejor no entrar y dejar que se descarguen solos. 

Tengo que admitirlo. Me dan mucha envidia sana. Su juventud es su bendito tesoro y su arma más poderosa. He rabiado por dentro cuando los he visto en la calle. Cuando he visto que mis años ya me impedirían seguirles el ritmo. Cuando he visto su forma sana (aunque un tanto bestia) de divertirse y llorar de la risa en la calle, de ir todos juntos, de ser una piña, de no tener más malos rollos que los que les quisieron buscar -sin éxito- desde otras partes.  Raúl y Francis han recibido genial la lección de humildad de estos "chicos" que han competido con lo que tenían (con un resultado en los concursos un poco injusto desde mi punto de vista), que han dado una lección a muchos veteranos de cómo se debe vivir un Carnaval de Calle, o sea un CARNAVAL, no un concurso. 

Tengo que admitir que he sentido nostalgia de los Carnavales en los que yo era joven como ellos y me lo pasaba igual de bien, y que ojalá hubiera tenido quince años menos y hubiera podido vivir con ellos siquiera un ratito de los muchos que han pasado.  A los hermanos Fernández Garrido ya les dije lo que tenía que decirles en persona. Están en la "vía" adecuada. No os canséis. Este grupo es un tesoro, que el tren siga recorriendo estaciones, posiblemente llegaréis muy alto en los concursos, porque tenéis calidad musical de sobra y literaria en ascenso. Pero no es eso lo que debe importaros, lo que debe importaros y debéis recordar siempre es la calle que habéis echado, la cantidad de gente que gracias a Álvaro y el resto de jóvenes que se han juntado, habéis movido.  Lo que debe importaros es mejorar no sólo la comparsa, si no todavía más las risas, los cariños y las coplas en la calle. 

A Álvaro no puedo decirle más que me demostró ser un tío que se viste por los pies y que me tiene el cariño y la admiración suficientes, como para hacerme el ofrecimiento que me hizo sin condiciones y aceptar las circunstancias en su momento y seguir siendo el mismo.  A Nachete, Nacho, Toni, Kiki, Alejandro, que siempre me tendrán y que me alegro que al fin hayan encontrado un grupo de su ambiente y se lo hayan pasado tan bien. Al resto que conozco poco o no conozco apenas, que bienvenidos al Carnaval y que no habéis podido tener mejor forma de iniciaros en este mundo. Habéis encontrado la verdadera esencia de la Fiesta de la Libertad, la que se vive cuando se ha dado el "fallo" del jurado (más fallo que nunca) y comienzan las coplas en la calle. Nunca olvidéis mantener ese espíritu vivo. Ojalá seáis los culpables de que la gente vuelva a salir a la calle, a cualquier esquina o tablao a escuchar coplas, y sobre todo coplas bien cantadas y BIEN ESCRITAS.

Gracias por permitirme echar un ratito con vosotros el día del Desfile aunque fuera solo para cantar vuestro estribillo, y el "La,la,la,la..." del final del popurrí. Gracias por los mensajes de ánimo y las visitas cuando me tocó cantar en el Cerezo. Gracias por los abrazos en el escenario, gracias por aquella comida en "La Boheme" donde se forjó una relación de la que es "extraoficialmente" la cantera de "Pitos de Caña". Gracias por las opiniones de después de cantar. Gracias por el cariño. Gracias a todos por la frescura, por el soplo de oxígeno que al Carnaval de Carmona le hacía falta. Gracias por LOS CHICOS DEL TREN. 

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